El concepto de calificación crediticia cobró fuerza en los años 80. Hasta entonces, la decisión sobre la concesión y las condiciones del crédito dependía exclusivamente del juicio humano, basado en el llamado “nombre en la plaza”. En otras palabras, los prestamistas utilizaban su experiencia en la observación del comportamiento crediticio anterior de los consumidores para evaluar a los nuevos consumidores. Además de ser propenso a fallos, se trataba de un proceso lento, impensable hoy en día, cuando se tramitan innumerables solicitudes de crédito cada día.
La aparición de la puntuación ha hecho que esta decisión sea más rápida, fiable y justa. Esto se debe a que la puntuación se basa en numerosas variables y datos estadísticos, que implican el análisis de factores relacionados con el historial de comportamiento crediticio del consumidor, como pagar las facturas a tiempo, tener deudas retenidas, relaciones financieras con empresas y datos de registro actualizados. La puntuación suele oscilar entre cero y 1.000 puntos, y cuanto más alta sea, más poder tendrá el consumidor para negociar facilidades y seleccionar acreedores.
La puntuación aporta claridad a la relación entre quien ofrece y quien pide el crédito, ya que ambos tienen acceso a la información. Quienes necesitan crédito pueden utilizar una buena puntuación como herramienta para negociar mejores condiciones, como tipos de interés más bajos o plazos más largos. Y las organizaciones que se dedican a conceder créditos, como bancos, entidades financieras, establecimientos comerciales, compañías telefónicas y proveedores de servicios diversos, pueden tomar decisiones más seguras y rápidas.
En países como Alemania, Estados Unidos, Francia e Italia, la puntuación de crédito se utiliza ampliamente y sus beneficios son reconocidos por todos los implicados. En Brasil, el uso de la puntuación aún es bajo, pero tiende a ganar impulso a medida que pasa a ser vista como un facilitador de concesiones de crédito, con beneficios para todas las partes involucradas. En el primer semestre de este año, las agencias de crédito empezaron a proporcionar la puntuación a los consumidores de forma gratuita, rápida, sencilla y práctica a través de sus sitios web. Al registrarse, los consumidores pueden ver si tienen deudas vencidas a su nombre, identificar su puntuación de crédito y, además, obtener ayuda adicional para controlar su vida financiera.
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