Con los datos publicados hasta ahora, ya es posible hacer balance de los principales indicadores de crédito en 2023, lo que requiere también una contextualización de los indicadores económicos más generales. Tomaremos como punto de partida las perspectivas esbozadas a principios de año, comparando la previsión con el resultado real.
Tras el crecimiento registrado en 2021 y 2022, años aún marcados por el fantasma de la pandemia, las expectativas apuntaban a una moderación del ritmo de crecimiento, con un avance previsto inferior a 1%. A lo largo del año, sin embargo, las previsiones de crecimiento se revisaron al alza. Según los últimos datos del IBGE (Instituto Brasileño de Geografía y Estadística), el PIB de Brasil acumuló un aumento de 3,2% en los tres primeros trimestres del año y debería terminar 2023 con un incremento de 3%, según el Boletín Focus. El desempeño del sector agrícola fue decisivo para este resultado.
La inflación local continuó su tendencia a la baja y acumuló un aumento de 4,7% en los 12 meses que finalizaron en noviembre de 2023. La caída de la inflación, prevista a principios de año, abrió espacio para una reducción de la tasa SELIC. A principios de 2023, se esperaba que la tasa SELIC terminara el año en 12,25% anuales. En la última reunión del COPOM, la tasa SELIC se fijó en 11,75%. El Comité también señaló que, de confirmarse el escenario previsto, debería mantener un recorte de 0,5 puntos porcentuales en futuras reuniones.
Para los consumidores, el descenso continuado del desempleo y el aumento de los ingresos reales han supuesto un alivio económico. Los datos de confianza de los consumidores indican que esta mejora se ha hecho realidad. El compromiso de los ingresos de los hogares con los préstamos y la financiación ha retrocedido lentamente, tras alcanzar su punto máximo a principios de 2022. Los datos del sector de las agencias de crédito muestran, sin embargo, que el nivel de morosidad sigue siendo elevado. Las estimaciones apuntan a unos 70 millones de consumidores morosos en el país, lo que representa el 40% de la población adulta.
En este contexto, ¿cómo se comportó el mercado de crédito? Los datos del Banco Central de Brasil muestran que el saldo del crédito libre a personas físicas creció en 8% en la comparación entre octubre de 2023 y el mismo mes del año anterior, cerca de lo previsto al inicio del año. Por su parte, el crédito libre a personas jurídicas aumentó en 1,1% en la misma base de comparación. Este resultado, si se deflacta, representa una disminución del crédito a las empresas en términos reales, es decir, descontando la inflación.
La ralentización del segmento del crédito a particulares se produce tras un periodo de fuerte crecimiento del crédito a empresas, impulsado por los programas creados durante la pandemia. Se agravó en los meses siguientes, con una importante caída del crédito a empresas, reflejo de la incertidumbre sobre la salud financiera de las organizaciones minoristas.
Otra sorpresa importante vino del exterior. A lo largo del año, las autoridades monetarias de las principales economías comunicaron su preocupación por la persistencia de la inflación y señalaron que los tipos de interés se mantendrían altos durante más tiempo. En su última declaración, la Reserva Federal suavizó su tono, señalando el final del ciclo de endurecimiento monetario.
En resumen, la situación económica mostró resistencia en la actividad económica en 2023, imponiendo un reto adicional a los bancos centrales, especialmente en las principales economías. En Brasil, como se esperaba, se bajó el tipo básico tras un debate sobre el mejor momento para iniciar el ciclo bajista. Incluso durante el periodo de tipos de interés más altos, el crédito a las familias siguió aumentando, mientras que el crédito a las empresas se ralentizó.
Además de los datos económicos, cabe destacar el avance de la agenda de modernización del mercado de crédito brasileño. A principios de año, destacamos las expectativas en torno al avance del Marco de Garantías. En octubre, este marco fue finalmente aprobado. También destacamos la entrada en vigor de la Resolución Conjunta nº 6 del Banco Central de Brasil y del CMN (Consejo Monetario Nacional). En este espacio, también discutimos la importancia de este instrumento para frenar el fraude financiero, así como la contribución de los burós al cumplimiento de este requisito normativo.
A lo largo del año, el sector de burós continuó sus esfuerzos para ampliar las bases de información del Registro Positivo, consciente de la importancia de este instrumento para la inclusión financiera. Al mismo tiempo, el sector realizó un seguimiento de los hábitos financieros de los consumidores y de su conocimiento de las herramientas de evaluación de riesgos. Esta concienciación es fundamental para que los consumidores tomen conciencia de que su comportamiento crediticio es determinante para obtener condiciones más justas a la hora de contratar.
Aún quedan algunos pasos importantes por dar para modernizar el mercado crediticio y concienciar a los ciudadanos sobre el uso del crédito. Pero ese es un tema para el próximo artículo, en el que analizaremos las perspectivas para 2024. ¡Felices fiestas y hasta pronto!
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Por: Elias Sfeir Presidente de ANBC & Miembro del Consejo Climático de la Ciudad de São Paulo & Concejal Certificado