Fuente: https://www.maisgoias.com.br/
Goiás lidera la expansión del crédito en el Centro-Oeste, pero casi la mitad de los consumidores están endeudados
El crecimiento del crédito en 12% convive con unas deudas medias de 1.637 R$ y unos impagos de 45%.
Nunca hubo tanto crédito circulando en Goiás. En los últimos 12 meses, el crédito al consumo aumentó 12,08%, impulsado por la recuperación de la agricultura y la solidez de la economía. El presidente de la Asociación Nacional de Centrales de Crédito (ANBC), Elias Sfeir, explica que este avance refleja el mayor dinamismo de la actividad económica local, especialmente después de la pérdida de la cosecha de 2024. “El crecimiento de 4,9% en el Índice de Actividad Económica Regional en el primer trimestre de 2025 muestra la robustez de la reacción de la economía regional. Este movimiento impulsa naturalmente la concesión de crédito, tanto para el consumo como para las inversiones productivas”, afirma.
Pero la puerta abierta por el crédito se topa con una dura realidad: casi la mitad de la población está endeudada. El dinero entra, pero el coste de vivir endeudado sigue siendo alto. En Goiás, los impagos pasaron de 42,3% a 45% en sólo un año. Para Sfeir, se trata de una señal de alarma. “Aunque la tasa esté por debajo de la media nacional, la trayectoria es preocupante. El continuo aumento exige cautela tanto por parte de los consumidores como de las entidades financieras”, subraya.
Estas cifras proceden de agencias de crédito como Serasa, Boa Vista, SPC Brasil y Quod, empresas que registran el historial financiero de particulares y empresas. Aquí se registra si pagas a tiempo, si te retrasas, si has renegociado o si se ha consultado tu CPF. En función de este historial, los bancos y las financieras deciden si prestan, cuánto y a qué tipo de interés.
En Goiás, el perfil más común de moroso es el de una persona de entre 26 y 40 años, con deudas medias de 1.637 R$, normalmente en tarjetas de crédito, financieras o facturas básicas como agua y energía. “El endeudamiento no es sólo el reflejo de un consumo desenfrenado, sino de necesidades cotidianas que ya no caben en el presupuesto familiar”, afirma Sfeir.
No todas las deudas son iguales, y comprenderlo le ayudará a evitar escollos. Tener una deuda significa simplemente que hay un compromiso financiero que pagar, como una hipoteca o la factura de una tarjeta. Ahora bien, cuando la factura no entra en el presupuesto, la situación cambia. Entender cada término:
- En deudaDeuda: es toda persona que tiene compromisos financieros que pagar, como préstamos, financiación o facturas. Tener deudas no es un problema si las cuotas están al día.
- Negativo (por defecto)El tipo de prestatario más común es el que no ha pagado a tiempo y ha registrado su nombre en las agencias de crédito. Esta condición restringe el acceso a nuevos préstamos y genera cargos por intereses y multas.
- SobreendeudadosSobreendeudamiento : se produce cuando el importe total de la deuda supera la capacidad de pago del consumidor, poniendo en peligro gastos básicos como la alimentación, la vivienda y la salud. La Ley de Sobreendeudamiento garantiza la posibilidad de renegociar globalmente las deudas.
Una vida más cara
La percepción de que la vida es más cara no es sólo un sentimiento colectivo - las cifras lo confirman. Antes de la pandemia, en 2019, la inflación rondaba los 4,3% al año y la canasta básica de alimentos consumía aproximadamente 45% de un salario mínimo en Goiás.
Durante la pandemia, la inflación alcanzó los 10,74% y la misma cesta consumió alrededor de 60% del mínimo. Hoy, con el IPCA en torno a 5,2%, los precios de los alimentos y la energía siguen siendo elevados. Si a esto añadimos la tasa Selic, que bajó a 2% anuales entre agosto de 2020 y marzo de 2021 para estimular la economía y ahora está en 15% anuales, el resultado es obvio: el dinero es más caro.
Esto se refleja en los tipos a los que se enfrentan los consumidores cuando necesitan un crédito. Los intereses de las tarjetas de crédito revolving alcanzan los 449,9% al año. En los descubiertos, 134,7%. En los préstamos personales, 132%. Y no es sólo hoy cuando esto pesa sobre nuestros bolsillos: durante la pandemia, el uso de tarjetas de crédito renovables creció 108% y, aun con los tipos de interés por las nubes, muchos mantuvieron el hábito de refinanciar las deudas. Cuando lo básico pesa -y pesa mucho-, el crédito acaba convirtiéndose en una muleta. Las personas que ganan el salario mínimo en Brasil gastan una media de 23% de sus ingresos sólo en alimentos.
En Goiás, la cesta básica de alimentos cuesta casi R$ 965 en algunas regiones, lo que equivale a 63,5% del mínimo. “Por eso insistimos en la importancia de la educación financiera. No hay que confundir crédito con ingresos. Debemos fomentar hábitos de consumo saludables y orientar a la población sobre cómo utilizar el crédito de forma consciente y estratégica”, subraya el presidente de ANBC.
Consejos para evitar las deudas
Algunas pautas sencillas y prácticas ayudan a los consumidores a evitar caer en la trampa de la deuda. Consulte algunas de ellas:
- Elabore un presupuesto mensual: anote todo el dinero que entra y sale. Esto te ayudará a visualizar el destino de tus ingresos y a reducir gastos innecesarios.
- No confundas el crédito con un ingreso extra: el dinero prestado no es un aumento de sueldo. Hay que devolverlo, y siempre con intereses.
- Utiliza el crédito en función de tu capacidad de pago: la regla de oro es no comprometer más del 30% de tus ingresos mensuales en cuotas.
- Dé prioridad a las deudas caras: pague primero las que tengan los tipos de interés más altos, como las tarjetas de crédito y los descubiertos.
- Evite contraer varias deudas al mismo tiempo: céntrese en pagar una antes de contraer otra.
- Tener una reserva para emergencias: ahorrar un poco cada mes evita que los imprevistos lleven a recurrir a créditos caros.
- Busque información y educación financiera: saber cómo funcionan el crédito, los tipos y los contratos es esencial para evitar caer en trampas.
Estas recomendaciones refuerzan las palabras de Elias Sfeir, presidente de ANBC: “No hay que confundir crédito con ingresos. Debemos fomentar hábitos de consumo saludables y orientar a la población sobre cómo utilizar el crédito de forma consciente y estratégica.”
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