El Registro Positivo es un derecho de los consumidores. Se les debe garantizar la mejor evaluación crediticia, lo que solo ocurre si también se comparten con el mercado los datos positivos, no solo los negativos.
La única manera de garantizar el ejercicio de este derecho es adoptar el modelo “opt-out”, es decir, la inclusión automática de los consumidores con derecho a salirse. Este mismo consumidor que se ha marchado puede volver en cualquier momento si lo solicita.
El principal beneficio que aportará el cambio en la Registro positivo está en la rapidez con la que los consumidores se inscriben. En los más de seis años que lleva en vigor el modelo actual, solo el 5% de la población económicamente activa se ha inscrito en el Registro Positivo.
Vea a continuación las seis prestaciones que estarán a disposición de los consumidores.
1) Los consumidores con un buen historial podrán acceder al crédito a tipos de interés más bajos;
2) Los consumidores con un buen historial, pero que hayan sido morosos, también serán evaluados por sus facturas pagadas, y no sólo por las facturas impagadas;
3) Un consumidor que nunca ha solicitado un crédito pero que ha pagado correctamente sus facturas, si hoy necesita un crédito, puede ser denegado por falta de información. Con el cambio propuesto, este mismo consumidor gozará de un historial positivo y posiblemente se le conceda su solicitud;
4) Los consumidores que no tengan pruebas de ingresos formales, como los profesionales autónomos, podrán obtener créditos gracias a su Registro Positivo;
5) El consumidor se ve reforzado para negociar condiciones de crédito más favorables gracias a la puntuación;
6) Los consumidores controlan mejor su presupuesto gracias al acceso centralizado a sus deudas, lo que evita el sobreendeudamiento.
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Por: Elias Sfeir Presidente de ANBC & Miembro del Consejo Climático de la Ciudad de São Paulo & Concejal Certificado

