Con el avance del acceso digital, el reto ahora es garantizar un uso sostenible y evitar riesgos para la economía; En todo el mundo, 1.500 millones de adultos siguen fuera del sistema financiero, según el Global Findex 2021
La inclusión financiera ha avanzado significativamente en Brasil y en todo el mundo, impulsada por los avances tecnológicos y la digitalización acelerada de los últimos años. En Brasil, PIX se ha consolidado como un caso de éxito al conectar a los trabajadores informales con el sistema financiero. A nivel mundial, sin embargo, 1.500 millones de adultos siguen fuera del sistema financiero, según el Global Findex 2021.
Según Elias Sfeir, presidente ejecutivo de ANBC, la calidad de la inclusión financiera debe debatirse más que nunca. “La inclusión financiera no consiste únicamente en una aplicación, una cuenta bancaria, un nombre de usuario o una contraseña, sino en la capacidad real de utilizar los servicios financieros de forma consciente y beneficiosa. El reto ahora es transformar la visibilidad de los consumidores en el mercado de crédito en una inclusión cualificada y segura, evitando el sobreendeudamiento y promoviendo el uso responsable de los servicios financieros. Para llegar a estas personas, es esencial ampliar el acceso a la tecnología, especialmente en regiones remotas, y reforzar las infraestructuras digitales de uso público”, explica.
La cuestión estuvo en el centro de los debates de la cumbre del G20 del año pasado, bajo presidencia brasileña, con un grupo técnico dedicado a mejorar la inclusión. El debate puso de manifiesto que, a pesar de los avances en el acceso a los servicios financieros, aún quedan retos por superar. “El foco de la presidencia brasileña en el G20 fue precisamente la calidad de la inclusión. El fácil acceso al crédito puede ser una trampa si no va acompañado de educación financiera. El sobreendeudamiento pone en peligro el bienestar social y puede tener un impacto negativo en el conjunto de la economía. Por eso es esencial que el acceso a los servicios financieros vaya acompañado de transparencia e información clara sobre los productos financieros”, subraya Sfeir.
Otro punto crucial es la definición y medición del bienestar financiero. Brasil ha sido una referencia en este debate, con iniciativas como el Índice Brasileño de Salud Financiera, desarrollado por el Banco Central y FEBRABAN con el apoyo de las agencias de crédito, así como el Registro Positivo. “No basta con garantizar que las personas tengan acceso al crédito, tenemos que garantizar que este crédito se utilice de forma consciente y sostenible.
La modernización de la disciplina crediticia a través del Cadastro Positivo y los acuerdos institucionales han permitido la cooperación entre la industria financiera, con mayor capilaridad de participación, y otros sectores, como las telecomunicaciones y la energía, haciendo visibles a millones de consumidores para el crédito”, añade el director general de ANBC.
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