La resistencia financiera se refiere a la capacidad de recuperarse rápidamente de las dificultades económicas. Es la capacidad de volver a su forma original tras una deformación o, en sentido figurado, tras una situación adversa. Todos estamos sujetos a acontecimientos imprevistos, y resiliencia significa superar estos retos sin alterar significativamente el curso de nuestros planes y objetivos.
El grado de resiliencia financiera de las familias tiene implicaciones macroeconómicas y sociales. Cuanto mayor sea la resiliencia, menos vulnerables serán en tiempos de crisis económica, como la vivida recientemente durante los años de la pandemia. Esta experiencia ha puesto la resiliencia financiera en la agenda mundial, incluso en el mundo desarrollado, como veremos a continuación.
Un indicador de la resiliencia financiera es la disponibilidad de recursos propios para hacer frente a imprevistos. Estos recursos se originan, por ejemplo, en el hábito de ahorrar, que aún no está muy extendido entre los brasileños. Según el Radiografía del inversorpublicado por ANBIMA (Asociación Brasileña de Entidades del Mercado Financiero y de Capitales), el porcentaje de brasileños que ahorró dinero en 2022 fue de 32%. En las clases D y E, este porcentaje cae a 16%.
Este escenario refleja una realidad nacional: escasean los ahorros y prevalecen las deudas. Cifras publicadas por el sector de burós de crédito muestran que el porcentaje de personas con calificación crediticia negativa en el país alcanza 40%, lo que aleja aún más a este contingente de la resiliencia financiera, limitando el acceso al crédito en situaciones de emergencia.
La resistencia financiera allana el camino hacia el crédito sostenible, si los recursos propios son insuficientes. La calidad del crédito disponible depende del historial crediticio acumulado por el consumidor. Cuanto mejor sea su historial de pagos, más probabilidades tendrá de que le aprueben un crédito en condiciones más justas, ya sea para superar tiempos adversos o para hacer realidad un sueño de consumo.
Un informe publicado por la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), el G20 y la Asociación Mundial para la Inclusión Financiera analiza la relación entre resiliencia, bienestar y conocimientos financieros, destacando que el objetivo último de la resiliencia es el bienestar financiero. Utilizando una base de datos de diversos países, el informe encontró una correlación positiva entre el bienestar financiero y los comportamientos asociados a una mayor resiliencia financiera. Los datos también sugieren una correlación positiva entre los conocimientos financieros y la resiliencia.
La resiliencia financiera también fue destacada en el "Informe sobre la inclusión financiera", publicado por el gobierno británico. Entre las iniciativas adoptadas para aumentar la resiliencia, el documento menciona el fomento del ahorro entre la población de bajos ingresos, a través del programa "Ayuda para salvar. Esta población, utilizando una cuenta de ahorro, puede hacer depósitos de hasta 50 libras al mes y rescatar estas cantidades más una bonificación muy superior al tipo de interés al cabo de dos o cuatro años.
En Brasil, el tema de las finanzas personales ha cobrado impulso desde mediados de la década pasada, movilizando a empresas privadas y organismos gubernamentales. Entre las iniciativas está la creación de la Semana ENEF, dedicada a tratar temas de educación financiera. El tema de la Semana ENEF 2023, que tuvo lugar en el primer semestre del año, fue la resiliencia financiera. Otra iniciativa importante es la Valor del aprendizajedirigido por Banco Central de Brasil. Este proyecto ya ha llevado el debate sobre la educación financiera a 22.000 escuelas primarias de más de la mitad de los municipios brasileños, según el Banco Central.
En el sector privado, además de los servicios prestados a las distintas categorías de otorgantes de crédito, las agencias de crédito han ampliado su comunicación y su gama de servicios dirigidos a consumidores y empresas, proporcionando contenidos educativos sobre finanzas y herramientas para ayudar a controlar la vida financiera. Estas herramientas incluyen la consulta gratuita y digital de las puntuaciones de crédito y de cualquier restricción, lo que facilita la identificación de asuntos pendientes y, además, fomenta la puntualidad en los pagos. El sector también ofrece servicios destinados a prevenir y detectar el fraude, otro de los pilares de la resiliencia señalados por la OCDE.
Encuestas realizado por ANBC - Asociación Nacional de Oficinas de Crédito han demostrado a lo largo de este año que estas herramientas han sido utilizadas y reconocidas por una parte significativa de la población como importantes para su vida financiera y para la contratación de créditos.
Reforzar la resiliencia financiera es un objetivo a perseguir por el ecosistema crediticio y por los gobiernos como forma de dar más seguridad a las familias frente a shocks económicos adversos, aumentar el bienestar social y posibilitar la realización de los sueños personales.
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Por: Elias Sfeir Presidente de ANBC & Miembro del Consejo Climático de la Ciudad de São Paulo & Concejal Certificado