En los sistemas democráticos, los conceptos de Ciudadanía y Estado se han ampliado.
Tradicionalmente, la ciudadanía otorga a las personas el derecho a participar en las decisiones que afectan al bienestar social a cambio de un comportamiento responsable dentro de la sociedad.
Pero en sociedades que experimentan una creciente financiarización de los recursos económicos, fundamentales para el bienestar y la prosperidad, la ciudadanía sólo puede ejercerse si el sistema financiero se concibe como algo exógeno a la política democrática. En una sociedad financiarizada, si no somos ciudadanos financieros, indiscutiblemente no somos ciudadanos.
La Ciudadanía Financiera se lleva a cabo a través de tres etapas principales:
• Inclusión financiera: un proceso que da acceso y visibilidad a los productos y servicios de la economía materializados a través del sistema financiero. El Cadastro Positivo es uno de los procesos más eficaces para esta inclusión.
• Productos y servicios ofrecidosdisponibilidad que se adapte a las necesidades y accesibilidad del ciudadano.
• Educación financieraun marco de conocimientos y buenas prácticas que fomente la inclusión basada en un comportamiento financiero responsable, permitiendo así la sostenibilidad de la Ciudadanía.
En resumen, con la Ciudadanía Financiera, los ciudadanos tienen acceso a productos y servicios financieros adecuados. Además, tienen la oportunidad, la capacidad y la confianza, mediante el apoyo y el asesoramiento adecuados, para tomar decisiones informadas sobre sus circunstancias financieras. Y esa es la condición mínima necesaria para organizar eficazmente sus finanzas en sociedad.
Actualmente, hay unos 2.000 millones de personas económicamente activas que no tienen visibilidad en el sistema financiero. Este gran contingente, que representa más del 25% de la población mundial, no se beneficia de la Ciudadanía Financiera. Por ejemplo, no se benefician de:
- Transacciones diarias como enviar y recibir dinero;
- Creación de economías de salvaguardia, que pueden ayudar a los hogares a gestionar los picos de tesorería, crear capital circulante y consumir de forma sostenible;
- Financiación a microempresas y pequeñas empresas, ayudando a los propietarios a invertir en activos y aumentar su negocio;
- Planificación y pago de gastos recurrentes, como las tasas escolares;
- Mitigación de los choques y gestión de los gastos relacionados con imprevistos como emergencias médicas, fallecimientos en la familia, robos o catástrofes naturales;
- Mejora del bienestar general.
También destaco la implicación del Estado en el proceso descrito, pero este tema quedará para el próximo post.
Gracias por leernos. Acceda a otros contenidos en Página web de ANBC.
Por: Elias Sfeir Presidente de ANBC & Miembro del Consejo Climático de la Ciudad de São Paulo & Concejal Certificado

