En el artículo anterior abordamos el concepto de ciudadanía financiera. Esta noción se basa en cuatro pilares: inclusión, educación, protección del consumidor y participación. En este artículo examinaremos la relación entre innovación y ciudadanía financiera. El objetivo es presentar las oportunidades y los retos que la innovación aporta a la democratización de los servicios financieros y, en consecuencia, a la expansión del bienestar social.
Hace poco más de una década, el dinero era predominantemente papel y las sucursales bancarias eran edificios de cristal y hormigón. La llegada de Internet y la digitalización han cambiado esta realidad. Hoy es posible tener una relación bancaria sin tener que ir a una sucursal ni rellenar un papel. También es posible realizar transacciones sin tocar el dinero. Todo esto es fruto de la innovación.
La creación del PIX es un ejemplo típico de innovación financiera al servicio de la inclusión. Este método de transferencia instantánea de dinero tardó poco tiempo en popularizarse, desbancando a otras formas de transferir dinero. PIX favorece a las empresas al facilitar cobros y pagos de forma eficaz y sencilla. También atrae al sistema financiero a un contingente de trabajadores informales que antes sólo utilizaban papel moneda.
Los datos del Banco Central corroboran esta buena expectativa. Según una encuesta mencionada en el informe Ciudadanía Financiera, El año anterior a la creación de este programa, unos 17 millones de brasileños nunca habían utilizado las transferencias de dinero. PIX, empezaron a utilizar las transferencias con la aparición de esta modalidad. Esta cifra da una clara dimensión de la potencial inclusión de este instrumento.
Más recientemente, la banca abierta ha venido a reducir las barreras de la información facilitando la puesta en común de datos entre consumidores e instituciones financieras. Desde el punto de vista de los consumidores, esta puesta en común es interesante porque les permite presentarse a diferentes instituciones financieras y negociar así mejores condiciones. Al igual que el Cadastro Positivo, este instrumento reduce la asimetría de la información, contribuyendo a la democratización del crédito.
Las primeras encuestas sobre la Banca abierta demuestran, repitiendo la experiencia con PIX, que los brasileños están dispuestos a acoger estas novedades: un artículo publicado en el portal Informe sobre el dinero digital mostró que, según la consultora Bip, el número de piezas de información intercambiadas entre instituciones financieras alcanzó los 204 millones en marzo.
La fuerza creativa de las instituciones privadas es un elemento clave de la innovación. Si está incentivada por el entorno regulatorio, será aún mejor. Buscando acercarse a estas entidades, el Banco Central creó el Regulatory Sandbox, a través del cual incentiva proyectos innovadores flexibilizando los requisitos de la regulación financiera. Se trata de un entorno regulatorio en el que se pueden probar en el mercado nuevos productos y servicios financieros.
Según Informe de ciudadanía financiera, La idea de crear un Regulatory Sandbox surgió en el Reino Unido en 2015. En Brasil, esta novedad existe desde 2020, creando un canal entre el regulador y las empresas que operan en la frontera de la innovación financiera. Se cumple así el pilar de la participación de la sociedad civil en cuestiones relacionadas con el sistema financiero, y puede dar lugar a la inclusión, la diversificación de soluciones e incluso la competencia.
En los últimos años ha habido innumerables ejemplos de soluciones innovadoras puestas al servicio de la población. Entre ellas están los monederos digitales, utilizados para agilizar los pagos y las transferencias de fondos; los mercados plataformas de crédito, que permiten comparar las condiciones de diferentes propuestas de préstamo y financiación; plataformas de financiación peer-to-peer; y el denominado “superapps”, que reúnen varios servicios financieros en un mismo entorno.
La innovación también está en el ADN de la agencias de crédito. Además de los esfuerzos realizados para hacer posible el Registro Positivo, el sector ha desarrollado soluciones que integran las consultas del CPF con plataformas de renegociación, dando a los ciudadanos la posibilidad de informarse sobre cualquier deuda y resolver el problema de forma rápida y sencilla. La cartera de los burós también incluye alertas de consulta, antifraude y análisis predictivos, entre otros servicios.
Pero no todo son oportunidades. Entre los retos que plantean las novedades, cabe mencionar la infraestructura tecnológica, que incluye acceso a Internet y smartphones. Sólo con esta infraestructura podremos aprovechar los beneficios potenciales de la digitalización. Además, tenemos que hacer frente a una serie de nuevos intentos de estafa y promover la educación digital para inhibir las acciones fraudulentas.
Junto con el desarrollo de nuevos productos y servicios financieros, debe haber un esfuerzo paralelo de sensibilización y conocimiento de los nuevos instrumentos financieros, con contenidos accesibles. En definitiva, la ciudadanía financiera requiere que los individuos se vean impactados por los nuevos desarrollos y tengan la capacidad, a través del conocimiento y la participación, de incidir en las tendencias innovadoras.
Innovación financiera
Gracias por leernos. Acceda a otros contenidos en Página web de ANBC.
Por: Elias Sfeir Presidente de ANBC & Miembro del Consejo Climático de la Ciudad de São Paulo & Concejal Certificado

