Una de las funciones del sistema financiero es mediar entre ahorradores y prestatarios. El funcionamiento de este sistema depende de la confianza mutua. Al depositar dinero en una institución financiera, los ahorradores necesitan creer que podrán recuperar su dinero en el plazo acordado. En el otro extremo, el préstamo de estos fondos a terceros también se basa en la confianza en la solvencia de los prestatarios.
Una quiebra de la confianza en el funcionamiento del sistema puede afectar a la captación de fondos y, en consecuencia, restringir la oferta de crédito, repercutiendo en el lado real de la economía. De ahí la importancia de vigilar la estabilidad del sistema financiero.
El sistema financiero se compone de tres elementos: Instituciones financieras, mercado financiero e infraestructura financiera.
El sistema financiero nacional e internacional ha demostrado resistencia durante el gran reto de la pandemia. El crédito creció con fuerza durante este periodo, mientras que los impagos se mantuvieron en niveles bajos. Las acciones pertinentes de los gobiernos y las autoridades monetarias fueron decisivas para este resultado. Una vez superada la pandemia, ¿qué podemos decir de la salud del sistema en los últimos meses?
Para abordar el escenario actual, conviene contextualizar la situación económica. Proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) apuntan a una ralentización del crecimiento mundial en 2023, es decir, un crecimiento inferior al registrado en 2022. El crecimiento estimado para este año es de 2,9%, frente a los 3,4% del año anterior. La inflación, por su parte, empieza a bajar, aunque se mantiene en niveles elevados. La caída de la inflación hace posible que los tipos de interés empiecen a bajar.
A este escenario básico se añade un nuevo elemento en las consideraciones del FMIRecientemente, el cierre de bancos regionales en Estados Unidos y las dificultades de un banco mundial de importancia sistémica han aumentado la incertidumbre sobre las condiciones financieras mundiales. La pregunta del billón de dólares es si se trata de hechos aislados o representan un riesgo mayor para el sistema financiero mundial. Meses después de los sucesos, parece que las actuaciones de las autoridades monetarias locales han calmado los mercados, pero los episodios siguen siendo un punto de atención.
En Brasil, a lo largo del primer trimestre, los debates en torno a la conducción de la política monetaria elevaron las previsiones de inflación, prolongando la perspectiva de una reducción de los tipos de interés y suscitando temores de contracción del crédito. Este escenario parece más lejano. Los progresos realizados en torno a una nueva regla fiscal y el alivio proporcionado por los últimos datos de inflación empiezan a desplazar las expectativas de reducción de los tipos de interés a un horizonte más cercano. En las últimas semanas, la reacción positiva de la Bolsa refleja este nuevo momento, más favorable a los activos de riesgo.
En cuanto a la estabilidad del sistema financiero nacional, los datos del último Informe de Estabilidad Financiera del Banco Central muestran que las entidades cerraron 2022 con niveles de liquidez satisfactorios, tanto para cubrir los requerimientos regulatorios como para hacer frente a escenarios de estrés.
En cuanto al crédito, el informe señala que ha aumentado el rigor del análisis crediticio. Como resultado de este análisis más riguroso, el crecimiento de los activos problemáticos se ralentizó. Este resultado ilustra la contribución de las agencias de crédito a la estabilidad del sistema, al proporcionar la información necesaria para un análisis crediticio adecuado y una toma de decisiones predictiva.
El informe también destaca algo ya mencionado en este espacio: el alto nivel de endeudamiento de los hogares. Los datos del Banco Central muestran un descenso de la ratio entre las deudas totales y los ingresos acumulados en los últimos 12 meses (48,5%). Aun con el descenso, la cifra sigue estando cerca del máximo histórico.
En conjunto, las perspectivas son menos turbias que a principios de año, aunque los factores de riesgo siguen mereciendo atención. En el mercado de crédito brasileño, el límite impuesto por el elevado nivel de endeudamiento sigue exigiendo criterios de análisis más estrictos, especialmente en las modalidades de crédito que representan un mayor riesgo, como los préstamos personales y el crédito renovable.
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Por: Elias Sfeir Presidente de ANBC & Miembro del Consejo Climático de la Ciudad de São Paulo & Concejal Certificado

