crédito y economía en 2024

El crédito y la economía en 2024: perspectivas

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En nuestro último artículo, hacíamos balance de 2023. Destacábamos la sorpresa positiva de la actividad económica, el entorno de mayores restricciones al crédito empresarial, especialmente en la segunda mitad del año, y la mejora de indicadores que afectan directamente al consumo, como el paro y la renta. Ahora proponemos un debate sobre 2024. ¿Qué seguirá igual y qué debería cambiar en los próximos meses? Y dentro del marco económico general, ¿cuáles son las perspectivas para el mercado crediticio?

Las previsiones apuntan a una ralentización de la actividad económica en 2024. O Primer boletín Focus del año indica un crecimiento del PIB de 1,59%, inferior al que debería registrarse en 2023 (2,9%). La desaceleración del ritmo de crecimiento de la economía brasileña está asociada a dos vectores: el primero es la caída de la producción agrícola, especialmente de soja y maíz. Las organizaciones agrarias hablan incluso de malas cosechas debido al fenómeno de El Niño, que ha provocado un exceso de precipitaciones en el Sur y una grave sequía en el Centro-Oeste. En este sector, el escenario para 2024 es muy diferente al de 2023, cuando se produjo un aumento extraordinario de la producción.

El segundo vector es el efecto retardado del tipo de interés sobre los sectores más sensibles a la política monetaria, que debería limitar el crecimiento de los servicios y la industria. De cara al futuro, las previsiones sobre el tipo de interés básico apuntan a una continuación del ciclo a la baja: según el Boletín Focus, se espera que la SELIC alcance los 9% anuales en diciembre de 2024. El nivel actual es de 11,75% anuales. Esta trayectoria depende del compromiso del Gobierno con una política de control del gasto, incluido el cumplimiento de los objetivos fiscales, según el Banco Central de Brasil ha venido subrayando.

En el escenario mundial, la buena noticia es la señal del fin del ciclo de subidas de tipos de interés debido al enfriamiento de la inflación. Esta perspectiva se basa en los datos más recientes sobre la evolución de los precios, aunque todavía es incipiente. La dirección previsiones sobre los precios de las principales materias primas, incluido el petróleo, son estables, según el Banco Mundial ( Banco Mundial ). Sin embargo, las tensiones geopolíticas en varias partes del mundo, como Oriente Medio, Europa del Este y, más recientemente, América Latina, siguen siendo un factor de riesgo. También tenemos turbulencias políticas internacionales en 2024, con elecciones en EE.UU., el Parlamento Europeo, México y Uruguay.

En resumen, el panorama económico general ofrece perspectivas de desinflación, caída de los tipos de interés y ralentización del crecimiento, especialmente para Brasil.

Teniendo en cuenta este escenario, ¿cuál es la proyección para el crédito?

Para 2024, el sector de las agencias de crédito espera que el saldo de préstamos y financiación crezca por encima de la inflación, incluso en el segmento empresarial, que se ha enfrentado a mayores restricciones crediticias en los últimos meses. Las previsiones de las entidades financieras apuntan a un crecimiento de la cartera de crédito de unos 8,5%, según el FEBRABAN (Federación Brasileña de Bancos).

El sector del bureau considera que el crecimiento del crédito está anclada en aspectos coyunturales, como la caída del desempleo, la reducción de los tipos de interés y la recuperación de la renta media de los consumidores, y en aspectos estructurales. En los últimos años, los cambios en las normas que rigen el mercado de crédito han producido avances en la disciplina crediticia, han dado visibilidad a millones de consumidores y empresas y han fomentado la competencia entre entidades financieras. La lista de medidas incluye el recientemente aprobado Marco de Garantías, la Ley de Sobreendeudamiento y la modernización del Registro Positivo. La expectativa es que la maduración de estas iniciativas tenga el efecto de ampliar la oferta de crédito y elevar la ratio crédito/PIB a un nuevo nivel.

En cuanto a la morosidad, los datos más recientes del sector muestran que el número de personas con deudas incobrables está disminuyendo, tras un periodo de fuerte crecimiento. Esta tendencia debería mantenerse a corto plazo, reflejando también la caída de los indicadores de endeudamiento.

En la última década, el esfuerzo por modernizar el mercado de crédito ha implicado a todo el mercado, incluyendo a las entidades, el sector productivo, la Administración y los organismos reguladores. Ante las nuevas posibilidades tecnológicas y los retos regulatorios, es importante que este canal de diálogo se mantenga en 2024, para hacer este mercado más eficiente y accesible.

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elias sfeir

 

Por: Elias Sfeir Presidente de ANBC & Miembro del Consejo Climático de la Ciudad de São Paulo & Concejal Certificado

 

 

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