En 2022, el lanzamiento de Chat GPT, creado por la empresa Open AI, popularizó el término “inteligencia artificial”. Se trata de un concepto antiguo, cuyas aplicaciones se estudian desde mediados del siglo XX. El tipo de inteligencia artificial que se ha popularizado en los últimos años es la ‘generativa’ (GenIA), capaz de entender peticiones hechas en lenguaje natural y crear contenidos en forma de texto, imágenes y vídeos. Además de este tipo, existe, entre otras, la IA predictiva, que trata de predecir acontecimientos futuros basándose en datos históricos.
El uso de la tecnología ya está transformando varias industrias. Con la IA generativa es posible, por ejemplo, lograr mejoras de eficiencia en actividades operativas como la atención al cliente y la creación de contenidos. En ámbitos más estratégicos, como el control de riesgos, la IA predictiva tiene el potencial de mejorar la capacidad predictiva de los modelos de evaluación del riesgo de crédito y el fraude, ayudando en la toma de decisiones.
Datos de la Encuesta sobre Tecnología Bancaria, La encuesta, realizada por Febraban con instituciones financieras brasileñas, muestra que 74% informaron de reducciones de costes y ganancias de eficiencia en la ejecución de tareas rutinarias con la aplicación de herramientas de inteligencia artificial. Para 63%, esta tecnología ya ha mejorado la detección y prevención del fraude.
Los avances en las capacidades de análisis de datos fueron mencionados por 58%. Ante la abundancia de datos generados por la digitalización de las actividades humanas, el gran reto es transformar estos inputs en información que guíe las operaciones económicas y sociales. La inteligencia artificial aparece en la encuesta como vector de eficiencia y personalización de las soluciones.
El sector de burós de crédito maneja bases de datos que están entre las más grandes de América Latina. Transformar estos datos en información útil para el análisis, la medición del riesgo de fraude y la prospección de clientes requiere avances rápidos, y el uso de la tecnología de inteligencia artificial ha demostrado ser muy estratégico en el segmento.
Cabe señalar que el sector lleva más de 20 años utilizando con éxito la tecnología Machine Learning. He participado en varios eventos internacionales y he seguido el uso de los burós de crédito, desde agentes hasta generación de códigos, pasando por el saneamiento de bases de datos. Entre las principales aplicaciones observadas en los burós brasileños, se destaca la actualización inmediata de la nota de crédito, lo que beneficia tanto al consumidor como al acreedor. Además, existe una gran aplicabilidad de la IA en el estudio de patrones de comportamiento para identificar intentos de fraude. En las áreas internas, la optimización de las rutinas de modelización de datos permite reducir significativamente los costes y los plazos para el desarrollo de modelos estadísticos, al tiempo que mejora la capacidad predictiva.
Uno de los retos señalados por el G20 para la inclusión financiera de las pequeñas empresas es el hecho de que éstas requieren menos recursos a la vez que exigen un esfuerzo mayor o igual que el análisis del crédito tradicional, haciendo estas operaciones menos ventajosas. En este sentido, la aplicación de inteligencia artificial para automatizar los procesos de concesión de créditos reduce los costes de estas operaciones, ampliando el acceso de las pequeñas empresas al crédito.
Por último, cabe señalar que el potencial de los avances tecnológicos sólo puede materializarse en un entorno normativo favorable. En 2024, la Unión Europea aprobó la primera regulación de la inteligencia artificial, denominada “AI Act”. Varios países, entre ellos Brasil, debaten ahora su propio modelo de regulación.
Para establecer una legislación, la Inteligencia Artificial debe definirse muy bien, con el fin de separarla de otros sistemas informáticos menos complejos que ya existen. Existen dos enfoques: el basado en principios y el basado en normas. Siempre es necesario tener en cuenta los aspectos culturales en la regulación. El mercado, el consumidor y el regulador tienen concepciones y preocupaciones diferentes. El diálogo entre las partes es imprescindible para lograr un marco jurídico equilibrado.
Al igual que Internet trajo la revolución digital, la IA trae la revolución cognitiva. Es otro avance civilizatorio. Quizá el término más apropiado para lo que llamamos IA-Inteligencia Artificial debería ser IE-Inteligencia Ampliada.
Hasta ahora he abordado los aspectos técnico-estructurales. Otra dimensión estratégica es la psicosocial. La transformación empieza por las personas. ¿Cómo llevar a cabo esta transición? ANBC inició este proceso en octubre de 2024 y sigue exponenciando su rendimiento e impacto. En función del interés que suscite este artículo, podemos continuar esta conversación.
El sector de los burós de crédito ha actuado en importantes marcos regulatorios, como la Ley General de Protección de Datos, y permanece atento a las propuestas de regulación de la IA porque entiende que el avance tecnológico tiene mucho que aportar a la inclusión financiera de empresas y consumidores.
Gracias por su lectura. Acceda a otros contenidos en la página de ANBC.
