El término fintech Se ha popularizado: aparece en la prensa especializada, en el vocabulario de los reguladores y en la vida cotidiana de los consumidores, más atentos a las tendencias del mercado. Desde que surgió el fenómeno, se esperaba que ampliara el acceso a los servicios y productos financieros. Pasados unos años, ¿qué podemos decir de la inclusión financiera? ¿Y qué podemos decir de la concentración del sector bancario? Este artículo reúne datos de distintas fuentes en un intento de responder a estas preguntas. La respuesta dista mucho de ser trivial, pero es posible obtener algunas indicaciones. Empecemos por la inclusión financiera, un tema al que el sector de las agencias de crédito ha dedicado mucha atención.
Datos del Índice Financiero Global señalaba cifras preocupantes a principios de la pasada década sobre el acceso de la población a productos y servicios financieros básicos. En el caso de Brasil, la encuesta reveló que sólo 56% de los brasileños tenían una cuenta bancaria, lo que indicaba un elevado número de personas "no bancarizadas". En este contexto surgió el modelo de negocio fintech, muy basado en la tecnología y la digitalización. En 2017, el Índice Global mostró que el porcentaje de brasileños con acceso a los bancos alcanzó los 70%, frente a los 56% de 2011. Aunque las cifras están desactualizadas, se trata de la principal base de datos para comparaciones internacionales sobre inclusión financiera.
Un estudio de Zetta, asociación que reúne a fintechs brasileñas, analizó datos de la Encuesta de Presupuestos Familiares (POF) del IBGE en busca de evidencias sobre inclusión financiera. La encuesta se centró específicamente en el acceso a las tarjetas de crédito. Comparando la POF de finales de la década de 2000 y la POF de 2018, fue posible observar un avance en el acceso a este servicio. En 2008-2009, el porcentaje de personas con acceso a tarjetas era de 43%; en 2017-2018, esta cifra ascendió a 51,0%.
En resumen, varias métricas muestran un avance en la inclusión financiera. Sin embargo, vincular este avance directamente a la presencia de fintechs requiere algo más de evidencia. Cuando consideramos los años más recientes, el efecto de la entrada de las fintech se mezcla con los efectos de otras innovaciones, como el PIX.
Un dato interesante extraído de la POF, también incluido en la encuesta de Zetta, muestra que paralelamente al crecimiento del número de usuarios de tarjetas, se ha producido una reducción del porcentaje de consumidores que gastan dinero en cuotas anuales. Este dato es más fácil de identificar con la aparición de las fintechs, ya que la gratuidad de algunos servicios ha sido el buque insignia de este modelo de negocio.
Un estudio del Fondo Monetario Internacional (FMI), que acaba de publicarse, ha analizado el impacto de las fintech en la inclusión financiera y, más concretamente, en la inclusión financiera digital. Los resultados mostraron una relación positiva entre variables directamente asociadas al fenómeno fintech, como el volumen de inversiones en el segmento, y diversas métricas de inclusión financiera digital. El estudio señala, sin embargo, que esto no fue suficiente para reducir la brecha de género, es decir, las diferencias en el acceso a productos financieros entre hombres y mujeres.
Hasta ahora, hemos analizado datos agregados sobre inclusión financiera, comparando los resultados a lo largo de casi una década. También será útil analizar la evolución del tamaño de los mayores bancos digitales, la cara bancaria de las fintech. Estos bancos han crecido significativamente en los últimos años. Según un estudio de Global Digital Banking, en 2020, 44% de brasileños utilizaron los servicios de estas instituciones, frente a los 25,4% de la encuesta de 2018. Estos resultados colocaron a Brasil en una posición destacada en el informe, que analizó varios países.
Sin embargo, el impacto en las cifras de concentración bancaria ha sido limitado. Según las cifras del Informe de la Economía Bancaria publicado por el Banco Central, la cuota de las cinco mayores entidades bancarias pasó de 70,9% del total de operaciones de crédito en 2018 a 68,5% en 2020. Las cinco entidades nacieron en el modelo de banca tradicional y ninguna tiene una presencia puramente digital.
Las fintech de crédito sin actividad bancaria, como las Sociedades de Crédito Directo y las Sociedades de Préstamo entre Particulares, siguen teniendo un menor índice de penetración en el mercado crediticio. Según el Informe de la Economía Bancaria, en diciembre de 2020 había 42 SDC y 9 SEP autorizadas para operar. Analizando el perfil de los préstamos de las SDC a empresas, un dato interesante es la alta participación de las MYPE, que representan el 32,6% de los fondos liberados, lo que incide directamente en la inclusión financiera. En los SEP, la participación de las MYPE también es significativa, representando el 36,7% de los fondos liberados.
Los datos recogidos en este informe muestran inequívocamente una mejora de la inclusión financiera. Sin embargo, hay que ser cautos a la hora de hacer una asociación directa entre la inclusión y el fenómeno fintech. En este diagnóstico hay que tener en cuenta, por supuesto, que muchas fintech han crecido en los últimos años, lo que puede aparecer en datos futuros. También hay que reconocer el mérito del esfuerzo por abaratar los servicios financieros y difundir la educación financiera, dos pilares del fenómeno fintech.
Los burós de crédito entienden que hay un amplio espacio para que el mercado de crédito crezca en Brasil y están monitoreando de cerca las tendencias del negocio y las mejoras regulatorias. El objetivo del sector es asegurar que las transformaciones en este mercado se realicen con el debido control de riesgos, garantizando la estabilidad financiera.
Fintechs de crédito
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Por: Elias Sfeir Presidente de ANBC & Miembro del Consejo Climático de la Ciudad de São Paulo & Concejal Certificado